Matriz de Valores de la Cultura Material Sostenible

El diseño de producto es uno de los principales agentes que pueden provocar un cambio en la percepción y valorización de los objetos. La postura del diseñador como creador de la cultura material permite analizar el papel del diseño desde una perspectiva más amplia y enfocada en la búsqueda de los significados y comportamientos de consumo en pro de la sostenibilidad. Al parecer, estamos viviendo en una época en la que la disciplina se está replanteando su identidad. La definición del buen diseño dejó de ser universal, tal como lo era en la idea de Good Design. Hoy en día ya no existe una única definición de buen diseño; por el contrario, durante las últimas décadas han surgido propuestas, principios, enfoques o reglas que tienen como objetivo apoyar la práctica de diseño y encaminarla a seguir las pautas de la sostenibilidad. Desde la perspectiva de la sostenibilidad, existe una gama de valores en pro del medioambiente y de la sociedad que se incluye en la praxis del diseño de producto; por ejemplo, la preferencia por el consumo local, por la modularidad y transitoriedad de los componentes, o por el uso de materiales reciclables o biodegradables.

Sin duda, la consideración de estos valores dentro del proceso creativo del diseño es importante desde el punto de vista a favor de la sostenibilidad; sin embargo, no existen herramientas que esquematicen y faciliten la implementación de este tipo de consideraciones. Es por esto, que la definición de una nueva terminología, por medio de la Matriz de Valores de la Cultura Material Sostenible aporta para el desarrollo de la cultura material en pro de la sostenibilidad. La Matriz de Valores de la Cultura Material Sostenible es una herramienta de mapeo de los valores en favor de la sostenibilidad que forma un marco de criterios para la valorización de proyectos de diseño y la incorporación de estos criterios en el proceso creativo. Es un conjunto de directrices que favorecen la toma de decisiones por parte de los diseñadores en la definición de los objetivos del proyecto de diseño y su desarrollo.

VALOR ESTÉTICO

El valor estético es la síntesis y representación visual de los otros valores del objeto. Corresponde a las cualidades formales de los objetos y es el resultado de las decisiones tomadas por el diseñador.

VALOR FUNCIONAL

Corresponde al valor que tienen los objetos por su funcionalidad para el usuario en la etapa de vida útil. Los objetos deben representar las prestaciones y limitaciones de manera clara e intuitiva y el modelo conceptual de funcionamiento evidente e inteligible para los usuarios.

VALOR AMBIENTAL

Este aspecto se refiere al valor que adquiere el objeto manufacturado de manera responsable con el medio ambiente. Es preciso considerar el valor ambiental como el impacto en la escala local, pero en el contexto de un sistema más amplio.

VALOR SOCIAL

Los objetos adquieren valor social para cualquier ser humano, al ser usados y desechados de manera inocua. Esto supone una consideración ética hacia la comunidad integrada por las personas involucradas de manera directa e indirecta en el proceso de generación, uso y desecho del objeto.

VALOR INTÍNSECO

Los objetos adquieren valor intrínseco cuando provocan una reflexión crítica sobre el contexto local, dentro o fuera de los actuales paradigmas globales, ayudando a redefinir la idea de bienestar y a imaginar soluciones alternativas de maneras de vivir y consumir.

¿Cómo surge la Matriz?

Las prioridades formal, funcional y económica han sido una parte importante de la definición de los objetivos del diseño desde el nacimiento de la disciplina. Según Bürdek, el trabajo del diseñador industrial, siempre estuvo vinculado con el «valor de uso», las consideraciones estéticas de la forma y los aspectos comunicativos del producto, aunque actualmente esta definición del diseño unitario ha quedado obsoleta. Heskett presenta la historia del diseño industrial alrededor del hilo conductor de la historia del desarrollo de la producción masiva e industrializada y su participación en la generación del capital económico. No obstante, los dos autores también explican la historia de la inclusión de las preocupaciones sociales en la profesión del diseño.

En el esquema de la definición de los valores de la cultura material en el marco de trabajo del diseñador de producto, los enfoques funcional, formal y económico aparecen desde los principios de la Revolución Industrial. Por otro lado, la responsabilidad social del diseño, entendida como la consideración del impacto en la manera de producir los objetos en las estructuras sociales, hunde sus raíces en el siglo XIX y ha estado presente en los planteamientos del constructivismo ruso, el neoplasticismo y la Bauhaus o la Escuela de Ulm, pero también en las manifestaciones del diseño radical o anti-diseño de los años ochenta. Desde la década de 1990, la responsabilidad social forma parte de la definición del desarrollo sostenible en su formato de Triple Bottom Line, junto con la responsabilidad ambiental.

El diseño para la sostenibilidad ha evolucionado, desde el concepto de diseño a partir de una perspectiva basada en la eco-eficiencia y de la teoría de Triple Bottom Line, hacia una perspectiva más holística que considera las motivaciones del consumo, basándose en los significados de la cultura material. La segunda teoría se denomina Quadruple Bottom Line for Sustainability y fue propuesta por Stuart Walker. 

La Triple Bottom Line define el marco de trabajo de los diseñadores basándose en tres pilares del desarrollo sostenible: el social, el económico y el medioambiental. El equilibrio entre ellos marca las pautas para la definición del desarrollo sostenible. En contraste, el modelo de Quadruple Bottom Line for Sustainability constituye una trilogía de significados de la cultura material: el práctico, el social y el personal. El factor económico pasa a segundo plano, siendo la membrana que unifica la funcionalidad del sistema de significados.

Los tres significados de la cultura material propuestos por Walker reflejan un cambio en el enfoque del diseño, desde la eco-eficiencia hacia una búsqueda del entendimiento del contexto y de la condición humana. El modelo Quadruple Bottom Line for Sustainability toma en cuenta las motivaciones de los comportamientos de los agentes involucrados en la vida de un objeto, es decir, las razones éticas y culturales que influyen en los esquemas de consumo, diseño y manufactura de los objetos.

Con la finalidad de definir una herramienta que permita incluir los valores del diseño en pro de la sostenibilidad, basados en la propuesta de la Quadruple Bottom Line for Sustainability en el proceso de diseño de producto, se han definido cinco Valores de la Cultura Material Sostenible. Así, el enfoque formal corresponde al valor estético, el enfoque funcional al valor funcional, la responsabilidad ambiental y el significado básico alude al valor ambiental, el significado social y la responsabilidad social conciernen al valor social y el significado personal se traduce en el valor intrínseco. Los cinco valores resultantes excluyen el factor económico, reduciendo su papel primordial en la jerarquización de éstos.

VALOR ESTÉTICO VALOR FUNCIONAL VALOR AMBIENTAL VALOR SOCIAL VALOR INTRÍNSECO