Ezio Manzini1, uno de los principales promotores de innovación social en diseño escribió estos consejos para los diseñadores interesados en reformular las prioridades de diseño:

  1. Facilitar y provocar el tiempo para la contemplación. Hace referencia a las ideas del slow design, donde se hace hincapié en el ritmo de las
    acciones realizadas, poniendo énfasis en el proceso de hacer algo, más que en el resultado.
  2. Evitar el deterioro de los bienes comunes, fomentando su apreciación, dándoles un valor adecuado y devolviéndoles el lugar y precio apropiados en el esquema económico, para evitar su excesiva mercantilización.
  3. Buscar austeridad en el uso de los materiales y la preferencia por los que tienen un alto potencial regenerativo.
  4. Redefinir de la idea del confort basado en la participación y proactividad, teniendo en cuenta que los sistemas, servicios y productos tienen que diseñarse de forma abierta, entendible e inclusiva.
  5. Fomentar el sentido de comunidad, haciendo resurgir el contexto local, aunque adaptado a lo global mediante las posibilidades de conectividad, creando así un vínculo positivo entre dos plataformas: la social y la tecnológica.
  6. Incrementar y promover la innovación social, buscando y adaptando las soluciones que surgen como respuestas honestas a los problemas que tocan directamente a los que las proponen. El diseño para la innovación social debe involucrar a la comunidad.
  7. Aprovechar la posible fusión entre la innovación social y la revolución tecnológica, teniendo en cuenta que la digitalización abre nuevas oportunidades y la innovación social moviliza diferentes recursos sociales como la creatividad, las habilidades, el conocimiento y el espíritu emprendedor.